Una cosa antes de empezar: Siempre he sido algo tímido. Cuando estoy con mis amigos puedo ser bastante platicador. Puedo conocer gente nueva fácilmente si tengo amigos que me los presenten.
Pero pídeme que hable con un completo extraño y... bueno, lo primero que pasa por mi cabeza es NOPE.avi
Ahora hablaremos de otra cosa: De darse baños ¿Qué tiene eso que ver te puedes preguntar? Aguanta, hermano, no comas ansias...
¿Te has dado alguna vez un baño con agua completamente fría? Cuando yo lo hago siempre me pongo de pie allí, frente a la regadera, pensando en lo estúpido que es esto, pensando en que no quiero hacerlo. Me acerco al agua, me alejo enseguida. Mi dialogo mental pasa por diversos temas, desde los riesgos fatales de la hipotermia, hasta la seria consideración de no bañarme.
Y entonces digo "A la chingada, sólo hazlo".
¿Y sabes qué? Por un instante la ansiedad sube, el frió es tan malo o peor a como lo imaginas, y luego... luego te empiezas a acostumbrar.
A veces antes de acercarte a alguien (especialmente si hablamos de alguien del sexo opuesto) hay una ansiedad que te detiene. Haces mil y un racionalizaciones, "probablemente esté ocupada", "a lo mejor es una hija de la chingada", "mejor no, puede que sea muy mamona y reaccione mamonamente"... mil cosas, de verdad.
Y en ese momento pienso en el baño frío.
Y recuerdo que el primer choque con el agua helada es la peor parte.
Que es el primer segundo es el que más cuesta.
Que decir "Hola" puede ser difícil; pero si lo haces, lo que sigue es fácil.
Y entonces digo "A la chingada, sólo hazlo".
sábado, 28 de diciembre de 2013
lunes, 16 de diciembre de 2013
La chica perfecta
Supón que encontraste a la chica perfecta, la
más increíble que existe, y lo mejor de todo: tú la amas y ella te ama a ti.
Una pregunta ¿Qué harías por ella? Piensa en todo. Supongo que harías todo lo
que estuviese en tus manos para que ella fuera feliz ¿No?
Llevarla a algún lugar que le encante, la
mirarías y le dirías lo bien que se ve, no dejarías que se olvidase de cuanto
te importa, cuan especial es y lo mucho que la amas. Si ella ama hacer algo, lo
harías. Verías con gusto esa película ella quiere ver y tú odias. Aprenderías a
cocinar (si es que no lo sabes) para poder prepararle una comida deliciosa...
Ahora mira cómo te tratas a ti mismo. ¿Haces
por ti las mismas cosas que harías por la chica de tus sueños? ¿Comes comida
buena, rica y sana o te la vives comiendo comida rápida? ¿Sales a menudo a
hacer las cosas que te gusta hacer o sueles quedarte en casa frente a una
pantalla todo el día? ¿Te dices a menudo lo increíble que eres o vives
recordándote tus pequeños errores del pasado? ¿Terminas tu día alegrándote de
haberlo vivido y pensando que todo valió la pena... o te acuestas a menudo
arrepentido y pensando "Mañana voy a hacer que las cosas sean
diferentes"?
Cuál te parece más atractivo: ¿El hombre que
se trata bien a sí mismo o el que vive una vida que parece odiar?
Empieza a tratarte a ti mismo de buena manera.
Date cuenta de que cómo eres y todos los aspectos geniales de ti mismo.
VALÓRATE. Ámate a ti mismo y no tengas miedo de demostrarlo; y otra gente te
amará por las mismas razones por las que tú te amas.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Otro día.
No puedo esperar para verlos. No tiene ni una semana desde la última vez que nos vimos y ya los extraño. No sé, es estúpido, pero es la primera vez que me siento parte de algo, parte de un grupo, que me siento querido por gente que no tiene obligación alguna de quererme. Ellos son lo mejor, de verdad, y a veces me arrepiento de no decírselos más a menudo.
Ya no estoy con ella, por cierto.
No sé ni por qué escribo esto, supongo que es sólo un reflejo de mi soledad. Últimamente me siento solo. Supongo que tal vez por eso escribo estas lineas, porque necesito hablar un poco sobre mí, a pesar de que las escribo como un diario, supongo que hablar conmigo mismo ayuda.
Empezare hablando de los días recientes: Me he dedicado a caminar, ir al gimnasio, y dormir. Me gusta dormir. Es fácil dormir. No estás despierto, ni tampoco estás muerto, así que es algo así como un ganar-ganar. Aun así estos últimos dos días lo he logrado evitar, puse una alarma y al oírla sonar lo único que quiero es volver a dormir, pero no me lo permito, lo único que me permito es contar hasta cinco. Cinco segundos más. 1, 2, 3, 4, 5. Y entonces me tengo que parar. Hago café, me preparo el desayuno, voy al gimnasio, regreso a casa me baño y hago la comida... ayer me fui a cortar el cabello... luego por la tarde voy a caminar o voy de nuevo al gimnasio.
Haciendo cosas que siento que me hacen bien.
Cosas buenas.
Cosas que me merezco.
Supongo que me ayuda, estos dos días de hecho han estado bien, o al menos lo estaban hasta hace un rato.
Putas circunstancias.
Al menos sé a que se debe este bajón. No como me ha pasado otras veces, normalmente sólo me siento perdido, ansioso, decaído, y lo peor es que no hay una razón. Es sólo algo que está allí, jalándome. No es una emoción, las emociones vienen y van, sería mejor describirlo como un parásito. Es la contradicción: El ver todas las cosas que valen la pena y que aun así nada me anime.
Aun así me queda claro que todo va a mejorar. Así como en los colores hace falta un equilibrio de claros y oscuros, tal vez en la vida sea así también. Tal vez hace falta un poco de soledad y tristeza de vez en cuando para que exista un contraste con los momentos felices. Lo único que hay que hacer es caminar hacia ellos.
Ya no estoy con ella, por cierto.
No sé ni por qué escribo esto, supongo que es sólo un reflejo de mi soledad. Últimamente me siento solo. Supongo que tal vez por eso escribo estas lineas, porque necesito hablar un poco sobre mí, a pesar de que las escribo como un diario, supongo que hablar conmigo mismo ayuda.
Empezare hablando de los días recientes: Me he dedicado a caminar, ir al gimnasio, y dormir. Me gusta dormir. Es fácil dormir. No estás despierto, ni tampoco estás muerto, así que es algo así como un ganar-ganar. Aun así estos últimos dos días lo he logrado evitar, puse una alarma y al oírla sonar lo único que quiero es volver a dormir, pero no me lo permito, lo único que me permito es contar hasta cinco. Cinco segundos más. 1, 2, 3, 4, 5. Y entonces me tengo que parar. Hago café, me preparo el desayuno, voy al gimnasio, regreso a casa me baño y hago la comida... ayer me fui a cortar el cabello... luego por la tarde voy a caminar o voy de nuevo al gimnasio.
Haciendo cosas que siento que me hacen bien.
Cosas buenas.
Cosas que me merezco.
Supongo que me ayuda, estos dos días de hecho han estado bien, o al menos lo estaban hasta hace un rato.
Putas circunstancias.
Al menos sé a que se debe este bajón. No como me ha pasado otras veces, normalmente sólo me siento perdido, ansioso, decaído, y lo peor es que no hay una razón. Es sólo algo que está allí, jalándome. No es una emoción, las emociones vienen y van, sería mejor describirlo como un parásito. Es la contradicción: El ver todas las cosas que valen la pena y que aun así nada me anime.
Aun así me queda claro que todo va a mejorar. Así como en los colores hace falta un equilibrio de claros y oscuros, tal vez en la vida sea así también. Tal vez hace falta un poco de soledad y tristeza de vez en cuando para que exista un contraste con los momentos felices. Lo único que hay que hacer es caminar hacia ellos.
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