sábado, 16 de mayo de 2015

Tremenda cabrona.

Me acerqué a besar su mano: El rojo de sus uñas aun despedía aroma a acetona.

Vasos rojos que nos embriagan.

Números rojos en mi decencia.

Y el rojo contrasta de pronto demasiado entre tanta sangre azul, vámonos a otro lado.

Me muero por quitarte ese vestido rojo.

Alfombra roja de tu ser, y un camino carmín medio borrado desde el pecho hasta mi abdomen.

1 comentario: